Dra. Martha Bechis
INTRODUCCION GENERAL
Dibujantes y fotógrafos, libros, revistas y periódicos
han contribuido y siguen contribuyendo a la presentación
de los rostros de aquellos aborígenes habitantes
de lo que hoy son llanuras y sierras del centro-sur de un
país llamado República Argentina. Una buena
pregunta que podríamos hacernos sería: ¿Estos
trabajos y publicaciones se hacen en honor a unos “ellos”
vencidos, o en honor a unos “nosotros” vencedores
o en honor a un “todos” para nutrirnos con una
porción de “nuestra” historia total?
No tengo una única respuesta a esta pregunta pero
sí intentaré mostrar, exhibir y criticar,
en los casos que creo merecidos, esos esfuerzos por presentarnos
aquellos rostros. También sé que de aquí
en adelante esta publicación en el “BOLETÍN
TEFROS”* será otro esfuerzo más que
nuestros visitantes juzgarán oportunamente.
Una fotografía o un dibujo o un “rostro hablado”
es un rastro material y simbólico de todo un proceso
que comienza en una motivación, -a la que en general
no tenemos acceso- y culmina con la exhibición, el
ocultamiento, la venta o el tráfico del producto.
En este trabajo expondré imágenes grabadas
y habladas e intentaré adentrarme en ese proceso
con las artes y los materiales a mi alcance sin pretender
agotar todo el material que pudiera estar disponible ni
los ángulos desde donde se pueda apreciar el material
presentado.
En un apretado resumen de “la vida social de las imágenes”
les adelanto: Entrada ya la segunda mitad del siglo XIX
llegan las cámaras fotográficas a nuestro
país. Antes había daguerrotipos y antes...
“rostros hablados”. “Dibujos de rostros”
tenemos desde hace mucho y seguirán apareciendo.
Para nuestro tema general presentaremos algunos dibujos
desde el segundo medio del siglo XVIII, otros de finales
del siglo XIX y otros de finales del siglo XX época,
esta última, que llamamos “de la memoria”.
Aunque mi primera intención es mostrarles los rostros
aborígenes, también hay una segunda intención:
la de mostrarles falsificaciones probadas y “confusiones”-
para usar un término elegante- que van desde titular
la imagen de un personaje con el nombre de otro hasta una
de las más inocentes como la de confundir el retrato
de uno con el de otro porque los dos tuvieron el mismo nombre.
Da la impresión de que queremos tener, a toda costa,
rostros aborígenes desde soportes gráficos
que contemplar pero...¿Por qué? Parece que
la necesidad de entretener a los lectores con imágenes
puede más que las dudas, las carencias y las incertidumbres.
Pero, por favor, no crea el visitante que lo que presento
en estas páginas es todo lo que hay. Hay más
en museos y libros que no pude hallar por razones de tiempo
y espacio o que puedo ignorar y otros que definitivamente
he podido probar que existen sólo en alguna bibliografía
torpemente copiada.
El trabajo está dividido en tres
capítulos:
Capítulo
I: Rostros ranquelinos.....¿Rostros ranquelinos?
El dibujo histórico en problemas.
Capítulo
II: Rostros salineros...pero ¿Quién es quién?
Una confusión en progreso.
Capítulo III: A - Rostros
de Los Bravo: terribles y románticos .
B - Las "fotografías" de la Misión
de la Concepción ¡en 1740 y pico!
*El "BOLETÍN TEFROS" publicará
un capítulo por número sin que sean necesariamente
consecutivas.
** El capítulo I ya fue publicado
en el BOLETÍN TEFROS, volumen 2, número 2.
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