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LOS ROSTROS DE "LOS BRAVO", TERRIBLES Y
ROMÁNTICOS |
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Los Bravo son identificados como “Tehuelhet” por
Falkner, “Toelche” por Cardiel “Puelche-serranos”
por Sánchez de Labrador y en otras formas. Históricamente
tenemos registrados tres caciques “Bravos”: Nusanach,
Cacapol y Cangapol. |
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NUSANACH O “ EL BRAVO” |
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De Nusanach tenemos la noticia de que era del Río de
los Sauces (Río Negro), de nación serrano según
el documento del AGI, Sevilla, Sección V.-Audiencia de
Charcas – Expedientes causados con motivo de la Guerra
del Tucumán,- Años 1700-1797.[sic] Estante 76-
Cajón3- legajo 10. Signatura moderna : Audiencia de Charcas,
Leg. 284. Robles, Andrés de [ Carta, 1678 abril 20, al
Rey de España, adjuntando copia del padrón de
pampas de 1677]. |
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En esa carta del 20 de abril de 1678 del Maestre de Campo,
Caballero de la Orden de Santiago y Gobernador y Capitán
General de la Provincia del Río de la Plata, Don Andrés
de Robles al Rey de España, aquél hace una revisión
histórica de sus principios y acciones contra el tratamiento
que vecinos, encomenderos y clérigos daban a los indios
encomendados. Aunque no está muy claro en la copia que
manejamos, parece que por los primeros años de su gobierno
( 1674-1678) sus críticas y controles sobre los encomenderos
produjo que éstos y algunos vecinos “se vinieron
a entregar dos caciques con sus toldos de nación serranos
llamados los caciques Bravos, que nunca habían bajado
de la Sierra, ni visto a los españoles, el uno hacía
más de un año y murió luego y el otro hacía
más de seis meses, y este es muy belicoso y le he tenido
todo este tiempo, también debajo de la esta casa sustentándole
y agasajándole mucho por conservarle, porque si el mal
tratamiento le obliga y puede retirarse a la Sierra.....”
( pag. 3). |
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Mas adelante, en el expediente, hay una carta anterior del
6 de diciembre de 1677 en la que dice que [en 1675] “
Por la parte sur de la otra banda del Saladillo se apresó
al cacique llamado Bravo con treinta o treinta y una personas
de todas las edades y sexos......[ por parte de militares] y
vecinos que estaban haciendo corambre en el dicho paraje”
y agrega “Consta por las declaraciones del dicho cacique
se venía a entregar y amparar de los Españoles
por los daños que de otro cacique que existe en el río
que llaman de los Sauces recibía habiéndole muerto
dos indios y llevándole la caballada que tenía
y esta declaración se acredita por la declaración
de otro indio que remitió el Cap. Guerrero a este Gobierno
que parece, según lo que dice es del dicho cacique que
existe en el Río de los Sauces que se le huyó
por los malos tratamientos que le hacía por ser su esclavo
y conviene en todo con lo que ha dicho el dicho cacique el Bravo
y añadió que éste le había muerto
un hermano del otro cacique de un flechazo por cuya razón
parece se bajó a amparar de los españoles pro
ser el dicho de mayor poder para que con esta noticia se resuelva
también lo que se debe hacer de este cacique y gente
considerando que en él milita diferente razón
que en los antecedentes pues según dicen todos [que]
por si ni su gente ha bajado a las estancias a hacer daño
y sobre todo se vea y resuelva lo más conveniente y así
lo probé yo y firmo= D. A de R.” ( pp.11 y 12). |
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Fue por esta causa que el cacique Bravo no fue encomendado
sino resguardado en “el castillo de la ciudad” ,
cuidado y empadronado.
En el padrón puesto al día que se adjunta a estas
cartas, se detalla que la “parcialidad” del cacique
constaba de 35 personas, dos de ellas cautivas del cacique.
El nombre del cacique “Nusanach Cacique Bravo de Nación
Serrano, treinta y cinco años, con su mujer Quisqueyupel
con dos hijos Nubalte de seis años y otra hija de pecho
cristiana”. Lo acompañaban Melatuc, su sobrino
de doce años, otros núcleos familiares y otros
individuos de los cuales no se señala familia. Entre
ellos hay varones muy mayores como Exumet de 70 años,
Canuti y Detuela de 60 años así como bebés
o crías de meses. En total se nombran 16 varones y 16
mujeres quedando sin nombrar a dos. Hay 5 personas de más
de 40 años, 14 entre 15 y 39 años, 8 entre 2 y
14 años, 3 de menos de 2 años y no consta la edad
de cuatro de ellos. |
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En resumen, sobre Nusanach del siglo XVII tenemos bastante
más información que de algunos de los caciques
del XIX. Es una pena que Robles no nos haya dejado el nombre
del primero de los Bravo que murió antes de hacer la
puesta al día del padrón. Tal vez esté
en el padrón de 1675 al que no he tenido acceso. |
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EL CACIQUE CACAPOL O JUAN BRAVO |
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Parece que este lejano y antiguo cacique nació alrededor
de 1670 en Huichín, un lugar en la orilla izquierda del
actual Río Limay y decimos “actual” porque,
en el mapa de Falkner, que presentamos, vemos que el Río
Lime (Limay) llega aproximadamente hasta lo que hoy es la desembocadura
del Collón Curá el que el autor dibuja como directo
afluente del Negro el que comienza, en el mapa de Falkner, en
la cordillera. |
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Sobre Juan Bravo no conocemos mucho pero lo poco que conocemos
es muy sabroso. El cacique se desplazaba hasta el entorno del
Casuhatí y Tandil y visitó Buenos Aires, por lo
menos una vez, en 1749. |
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Este personaje fue descrito por Sánchez Labrador
así: “Entre (los Puelches o Serranos)
el de más fama es el cacique Bravo Cacapol,
reconocido y respetado entre todos estos Infieles
por su ferocidad y su valentía”.
Paraguay Católico, p.30.
Falkner dice “pocos son los que escapan a la
furia de esta brava nación como que el caciqueCacapol
muestra a sus huéspedes montones grandes de
huesos, calaveras etc.
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Ubicación
de Huichín en el mapa de Falkner |
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de estos enemigos, a quienes se jacta de haber dado muerte”.
Mas adelante nos sigue contando Falkner que “ no obstante
los setenta años que contaba, se puso en campaña
[ en 1740, ataque sobre la frontera de Buenos Aires] a la cabeza
de 1000 hombres... y repartió su gente con tanto acierto
que en un día y una noche pillaron y talaron más
de 12 leguas de lo más poblado y rico de esa región”
Descripción de la Patagonia y de las partes contiguas
de la América del Sur, Hachette, 1974, pp. 130 y 133). |
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Veamos otra cara de este cacique Bravo. Por una de esas casualidades
de la historia, en 1749 lo conoció Florián Paucke,
un joven sacerdote alemán recién ordenado quien,
habiendo desembarcado en Buenos Aires en enero de ese año,
se encontraba en el Colegio Jesuita de esa ciudad por unos cuatro
meses para luego seguir viaje a Asunción. |
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Paucke cuenta que durante todos esos meses llegaban al colegio
misioneros de la Reducción de la Inmaculada Concepción
acompañados de “indios salvajes” como “...un
cacique de su nación completamente ciego... El cacique
tenía el nombre de Juan Bravo, si bien era ciego sabia
asimismo conducir bien a sus salvajes indios contra los Españoles
y era bien temido tanto por los suyos como por los Españoles...
es una nación muy grande que se extiende hasta la sierra
chilena y por eso son llamados serranos...” |
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Nos sigue diciendo Paucke – en una descripción
muy directa, sincera y de lejanía - que la constitución
de estos indios era: “ personas alta, ojos negros y largos
cabellos negros, completamente desnudos, pero llevaban en su
derredor una manta de pieles que los cubría hasta las
rodillas de un pequeño camello silvestre que llaman Juanaco
[sic])....pintada por afuera con diversas figuras rojas lo que
los indios estimaban un adorno....los indios que eran la escolta
del cacique Bravo no tenían mantas velludas sino estaban
ceñidos con una pequeña alfombra tejida que colgaba
hasta sus rodillas, otra mayor cubría su cuerpo superior
y tenía en el centro una abertura por donde ellos metían
la cabeza y dejaban colgar la alfombra hacia abajo por sobre
el cuerpo. Cada uno llevaba pendiente al costado un sable y
sus boleadoras alrededor del cuerpo. El cacique con sus compañeros
nos visitó a nosotros, los nuevos misioneros, frecuentes
veces. Tomamos nuestros instrumentos musicales y lo deleitábamos
con nuestra música sacra que le era muy agradable....el
distintivo del cacique era sólo unas plumas de avestruz
pintadas de rojo de un jeme [ palmo] de largo que tenía
puestas en las orillas del sombrero, en lo demás no se
distinguía en nada de los otros”. (Hacia allá
y para acá, una estada entre los mocovíes, 1749-1767,
Traducción de E. Wernicke, tres tomos en cuatro secciones,
Instituto de Antropología de la Universidad Nacional
de Tucumán, nº 324, 1942. pp,105-6. Escrito en 1770
o entre 1773 y 1778). |
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Parece que este cacique Bravo siempre supo apreciar los resultados
de una buena “orquesta” ya que pasaba plácidamente
de “un acierto de malón” a “un concierto
de cuerdas”. Para la época en que lo conoció
Paucke, Cacapol ya tenía 79 años de edad. |
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EL CACIQUE CANGAPOL O NICOLAS BRAVO |
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Falkner nos dice “....y también el gran cacique
Cangapol que vivía en Huichín, sobre las márgenes
del Río Negro. He tratado de dibujar su retrato por lo
que me acuerdo de él. Su persona y su traje están
representados en el mapa, como también los de su mujer
Huenneec. Este caudillo llamado el Cacique Bravo por los españoles
era alto y bien proporcionado. Debió de medir unos siete
pies y pulgadas...Lo traté mucho e íntimamente
e hice algunos viajes con él..” (p.54) Más
adelante nos dice que el territorio de Cangapol era el del “Pichi
Picun Leuvu”, un tanto al norte que el de su padre (p.
107). |
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El dibujo que está en el mapa despierta algunos interrogantes:
¿Qué tiene como adorno en la cabeza? ¿
Por qué ese arco no americano en su mano derecha? ¿
Lo que tiene en su mano izquierda es una jabalina o una lanza?
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Portada del libro de Falkner |
Dibujo
en el mapa de Falkner |
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Morris ,un náufrago de un buque inglés en 1741
en las costas patagónicas fue capturado por indígenas.
Al final de varios meses de camino fue llevado hasta la presencia
de Cangapol ( el autor no lo nombra) y comenta: “ Enseguida
fuimos citados para comparecer ante su majestad, quien nos recibió
en su choza sentado en el suelo con una jabalina a un costado
y un arco y flechas del otro, un suelto manto rodeaba su cintura
y una especie de torrecilla de plumas de avestruz en la cabeza
y fumando una larga pipa de caña”. Mientras Falkner
estaba por las reducciones, Morris era un cautivo de esa “majestad”
que, según él mismo apunta, “éste
sólo parecía ser un jefe o capitán de una
partida” (Peligros y desventuras que sobrellevó
Isaac Morris, p45). |
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Portada del libro de Morris |
Última
página del libro de Falkner |
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Obsérvese la similitud entre el dibujo de Falkner y
la narración de Morris.....a lo mejor los dos constataron
la misma realidad, a lo peor.....uno se inspiró en el
otro o simplemente los editores del libro de Falkner mezclaron
todo lo que se sabía sobre este cacique. ¿Por
qué decimos esto? Lea el lector la última frase
de las “Advertencias” publicadas en la página
dos del libro de Falkner en la edición príncipe
de 1774 ¿No le parece extraño que los editores
hayan estado dispuestos a “no mencionar el nombre del
autor”? |
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Por otro lado
en el libro Los indios de la Argentina, 1535-1845, según
iconografía de la época,de Bonofacio del
Carrill, (Emece, 1992) el autor presenta “Retratos
de la orla de la cartelera del mapa [de Falkner] copiados
en 1806 en el libro de Samuel Hull Wilcocke y grabado
por Symonds”.
Como podemos ver, la “copia deja mucho que desear
no sólo en la técnica del dibujo en sí
sino en los arbitrarios agregados como las botas de
Cangapol o la pollera escocesa de Huenneec, el cambio
en la posición del brazo izquierdo del cacique
parano dejar mucho espacio entre él |
la pareja de Wilcocke |
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y su esposa y el reemplazo de la “torrecilla de plumas”,
de la que habla Morris - y dibujada con muy poca gracia por
Falkner -, le pone una vincha que sujeta un hermoso pelo negro
corto y ondulado. |
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Sánchez de Labrador nos dice de este cacique Cangapol
hijo de Cacapol: “Los méritos de la fama de este
Cacique no eran otros que su entonada barbarie...Los misioneros
agasajaron al cacique Bravo, procurando amansar un poco a este
Tigre, terror de los circunvecinos y aun de los apartados Españoles...Además
Cangapol daba muchos indicios de la doblez de su ánimo
porque si bien parecía contento y satisfecho cuando se
despidió de los Misioneros; no tenía intención
de permitirlos en sus tierras las que según su criterio
se extendían desde Buenos Aires hasta el Río Los
Sauces. También mostrose muy sentido de que los Misioneros
juntasen gente en Reducciones, que en su concepto era lo mismo
que quitarle sus vasallos”. Tal vez esta conciencia de
sus “dominios” y sus “vasallos” anotada
por los observadores, fue lo que llevó a Morris a hablar
en términos de “el rey” y a Falkner a hablar
de “reyesuelo” aunque ambos aclaran que si bien
era obedecido, no había ningún poder formal en
el status de cacique. |
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Al parecer esta “ferocidad” no tenía mucho
que ver con un carácter individual sino con una habilidad
necesaria para la sobrevivencia en ese medio indígena.
Mientras está hablando del poder de Cacapol y Cangapol
vs. sus enemigos Falkner nos dice que, cuando esos enemigos
pueden caer por sorpresa sobre las tolderías de los primeros,
éstos se salvan cruzando el río a nado “
los chicos, empero, que quedan rezagados en los apuros y confusión
de la disparada, caen en manos del enemigo inhumano, que da
muerte cruel a cuantos encuentra, sin que se libren ni los niños
en las cunas”. Y agrega que cuando los Bravos pueden sentir
al enemigo acercarse, “en tal caso pocos son los que escapan
de la furia de esta brava nación, como que el cacique
Cacapol muestra a sus huéspedes montones grandes de huesos,
calaveras, etc., de estos enemigos, a quienes se jacta de haber
dado muerte”, cita que ya hemos traído cuando hablamos
de Cacapol ( p.130). |
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Pero las versiones posteriores que intentan describir tanto
a Cacapol como a Cangapol pueden confundir uno con otro y traicionar
las memorias. El ejemplo más criticado es el del Coronel
Barbará en su libro Usos y costumbres de los pampas,
escrito a mediados del siglo XIX. |
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Según dice el mismo Barbará, este autor estudió
las costumbres de los pampas en las tolderías de Tapalqué
de Juan Manuel Catriel el Viejo en 1848 a quien visitaba continuamente.
Barbará, nos dice que repitiendo las palabras de Catriel
se sabía d : “ Un cacique llamado Cangapol era,
en esa época [del siglo XVIII], el más poderoso
de las tribus nómades imponiendo respeto y temor a los
demás caciques cuando algunos de éstos contravenía
sus disposiciones, lo atacaba y castigaba severamente haciendo
alarde de su crueldad. Si lograba vencerlo hacía degollar
hombres, mujeres y niños, hacinando multitud de huesos,
cráneos &a; y teniendo que presenciar esta horrible
escena aquellos que se escapaban de ser inmolados” (p.10,
negrita nuestra). |
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¿No le parece al lector que esto de “huesos,
cráneos & a”es demasiado parecido a lo que
escribió Falkner sobre Cacapol? ¿Quién
se copió de Falkner? ¿Catriel o Barbará?
Pero, además ¿Quién de los dos cambió
a Cacapol por Cangapol? Sabemos que el nombre
está cambiado porque revisamos la Edición Príncipe
reproducida en forma facsimilar por Newman, Chicago,1935 que
se encuentra en el Museo Etnográfico de la FFYL, UBA.
Le presentamos la página de esta edición príncipe
donde está el nombre original, el subrayado es nuestro. |
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Pero, para colmo
de los colmos, cuando Vignati en su libro, Los escritos
del Coronel Barbará , está haciendo la
comparación entre lo que dice Barbará
y lo que dice Falkner con el fin de demostrar el plagio
sobre los huesos etc., también cambia a Cacapol
por Cangapol ¡¡¡ Y aún más:
D´Angelis en su versión de la obra de Falkner,
Colección Pedro de Angelis, II, Plus Ultra, comete
el mismo error!!!
La vida de los indígenas habrá sido “dura”
pero la de los investigadores que intentamos sacar alguna
conclusión de las lecturas sobre los biografiados,
no lo es menos. |
Página 104 del libro
de Falkner |
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Agradecemos al Señor Director del Museo Etnográfico,
Universidad de Buenos Aires, el habernos permitido sacar algunas
fotocopias del facsímil de la Edición Príncipe
del libro de Falkner resguardada en esa biblioteca. La Edición
Príncipe original la trabajamos hace muchos años
en la biblioteca de la Universidad de Nueva York. |
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Con esta sección “ROSTROS
DE LOS BRAVO, TERRIBLES Y ROMÁNTICOS” concluimos
el III capítulo de nuestra presentación general
de “ROSTROS ABORÍGENES DE LAS PAMPAS ARGENTINAS,
SIGLOS XVIII Y XIX”. |
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ADDENDA : UNAS “FOTOGRAFÍAS”
EN LA MISIÓN DEL PILAR ¡EN 1746 Y PICO! |
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En los capítulos I y II de ROSTROS ABORÍGENES
DE LAS PAMPAS ARGENTINAS (vol.2,nº2 y vol. 2,nº 3
Boletín Tefros, Imágenes de la Frontera) he señalado
algunos “equívocos” ya en tomar el rostro
de un indígena y dibujarlo como perteneciente a otro,
ya decidiendo que la foto de uno pertenece a otro. Este caso
que presento ahora es mucho más “arriesgado”
porque no sólo el/los personaje/s, no sólo sus
rostros, sino el hecho fotográfico en sí es un
fraude. |
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Estamos aludiendo a unas fotografías que aparece en
el libro Orígenes históricos de Mar del Plata,
escrito por Julio Cesar Gascón, número XX de la
colección “Publicaciones del Archivo Histórico
de la Provincia de Buenos Aires”. pp.28-29-55. Deseo aclarar
inmediatamente que el autor del libro no alude en ninguna forma
ni circunstancia a esas ilustraciones lo que nos hace suponer
que su inclusión no fue de su autoría. |
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Escuela de Catecúmenos
en la Reducción del Pilar |
Una fiesta de indígenas en
la Reducción del Pilar
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Recordemos que la Misión del Pilar existió entre
1746 y 1751. Conociendo esta fecha e inspeccionando las fotos
nos preocupamos y asombramos lo bastante como para pedir ayuda
experta. Nos comunicamos con el Profesor Juan Ferguson de Mar
del Plata quien nos comunicó en un e-mail que, tras consultar
el libro él mismo, había llegado a las siguientes
conclusiones: |
“En mi opinión,
el autor o el editor se equivocaron al elegir o titular
estas imágenes. Las fotos de las páginas
28 y 29 NO pertenecen a la Reducción del Pilar
original; en primer lugar porque esa fundación
era del siglo XVIII y la fotografía se inventó
a mediados del siglo siguiente (lo cual es, en sí
mismo, concluyente); en segundo lugar, porque la reconstrucción
del edificio original aquí en la Sierra de los
Padres es del año 1968....; y en tercer lugar
porque los indígenas que aparecen allí,
en función de su vestimenta y adornos, parecen
pertenecer a etnías del noreste o de la Mesopotamia.
Por último, hasta donde se sabe, las paredes
de las reducciones (tanto de la del Pilar como las de
los Desamparados) estaban hechas con troncos pero revestidas
en barro, en el caso de las fotos citadas las paredes
sólo tienen troncos (siendo esto posible sólo
en un clima más benigno que el de estas latitudes).
Creo las fotos citadas se utilizaron con fines meramente
ilustrativos, sin mayores preocupaciones por su origen.
....es probable que haya habido un error de edición,
y que los títulos de las fotos no expliciten
claramente que se trata de establecer una analogía
con las imágenes y no una correspondencia exacta,
es decir, que las fotos son una ejemplo de cómo
debería HABER SIDO la citada Reducción.
En el fondo, creo simplemente que las fotos han sido
usadas con cierta ....falta de preocupación por
su contenido histórico. Esto no es de extrañar,
pues la historia de la fotografía y la valoración
de las imágenes como fuentes es algo bastante
reciente. Sin otro particular, le envío un cordial
saludo. Juan Ferguson. |
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Creemos que esta nota tan elocuente como instructiva nos exime
de más comentarios. Apreciamos y agradecemos al Profesor
J. Ferguson su colaboración tan valiosa. |
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Meses más tarde, y por otras razones, estábamos
leyendo un artículo de Milcéades A. Vignati “
Los habitantes proto- históricos de la pampasia bonaerense
y nodpatagónica”
(Academia Nacional de la Historia, Investigaciones y Ensayos,
nº 3, 1967, Bs. As.) cuando, en la nota 5, nos encontramos
con la siguiente crítica acérrima y, a nuestro
parecer, algo injusta en algunos aspectos, sobre el tema: |
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“El autor ha incorporado a su monografía
algunas ¡fotografías! -; ¡a mediados del
siglo XVIII ¡- de los “catecúmenos de la
Reducción del Pilar” en la que es dado ver libros
en manos de los niños, un hombre con sombrero tipo comienzos
del siglo XX, con saco, camisa blanca y corbata; una mujer vestida
a lo morisco, otra con guardapolvo...En fin, todas las maravillas
imaginables. Si no se trata de reducciones chaqueñas
actuales, tal vez sean de Chile. En la página 55 da otra
con el sugerente nombre de “indios puelches”: ahí,
- a la izquierda, abajo – se ve una palangana ...su proveniencia
la creo similar a las anteriores. Con estas ilustraciones, el
autor ha introducido – en gentil homenaje de agradecimiento
“ a quien leyere” – la nota jocosa que aligera
el tedio de su lectura” (p.41). |
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Estimado lector, creo que estas observaciones que no son de
mi competencia, pero sí de mi incumbencia, tienen importancia
para alertar al lector acrítico, liviano y poco comprometido
en los temas que ocupan a estudiosos e investigadores, en los
temas de nuestro pasado indígena, mestizo y europeo. |
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No quiero terminar el trabajo que me propuse exponer en tres
capítulos...y un apéndice, sin presentarles unas
obras que, a mi parecer, son muy bellas. Se trata de unas ilustraciones
– felicísimas- hechas por el artista argentino,
cordobés, José Alberto Gómez quien ha creado
estos trabajos y otros más para el libro de Guillermo
Alfredo Terrero “Caciques y Capitanejos en la Historia
Argentina”, Plus Ultra, 1974. |
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Tres cuadros bastan para apreciar la enorme
fortaleza estética del pintor
José Alberto Gómez en cada uno de sus trazos. |
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Indio Bombero |
La boleada |
El parlamento |
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Estimado lector, hora sí doy por terminado mi trabajo.
Muchas gracias por su atención. |
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