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IMAGENES
DE LOS COLIQUEO
LAS TRIBULACIONES DE LA FOTOGRAFÍA HISTÓRICA Y
LAS MISERIAS DE LA CIVILIZACIÓN // Prof.
Norma Sosa |
ROSTRO
MANSO, INDIO AMIGO
En su libro “ Coliqueo, el indio amigo de Los Toldos”,
el Padre Meinrado Hux incluyó un retrato del cacique
Ignacio que representa un enigma no resuelto dentro de la historia
de la fotografía. Se trata de una “fotografía
a lápiz” - técnica equivalente a la fotocarbonilla
- que se realizaba sombreando sobre fotografías muy tenues
hasta darle la apariencia de un dibujo. Esa imagen lleva como
identificación la leyenda “ Casa Manbach, Buenos
Aires” , pero sin firma ni fecha. |
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El cacique Ignacio Coliqueo. Foto a lápiz casa
Manbach. Buenos Aires. Sin fecha. Autor no identificado |
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La apariencia del cacique está muy lejos
de ser la de un temible guerrero,por el contrario es la imagen
de un hombre sereno y cordial , exactamente la de un hombre
uniformado, un indio, pero un indio amigo... |
Retrato de familia
Más conocida por su amplia reproducción y también
incluida en el libro de Hux, es la fotografía tomada
frente a la casa del cacique Ignacio, donde se reconoce una
completa reunión de familia. Aquel día todos posaron
frente al fotógrafo con sus mejores ropas. Los diferentes
estilos en el vestido y las modas, muestran a las claras el
estado de transición entre el pasado y aquella nueva
realidad. Entre ellos se ve a Lorenza, la hija del cacique y
mujer del coronel Baigorria sosteniendo a un niño en
brazos. El retrato tiene una confusa historia relacionada con
el origen y el autor.
La gran dificultad para determinar la autoría de una
fotografía histórica tuvo su origen en el pasado,
cuando se omitió y se descuidó el registro de
datos de procedencia por parte de los museos como de los archivos.
En el Archivo General de la Nación, por ejemplo, las
fotografías no están catalogadas por autores,
hecho que ha producido grandes equívocos. |
Con la cámara
en Los Toldos
Hasta los recientes trabajos de rescate, todas las imágenes
que llevaban el sello "25 de Mayo 25” se adjudicaron
al fotógrafo italiano Benito Panunzi. Entre ellas, un
famoso retrato del tehuelche Casimiro que se remató en
Nueva York por 5.000 dólares, cuando en realidad se trataba
de una obra de Esteban Gonnet. |
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Firma de Esteban Gonnet |
"Famiglia del
cachique Coliqueo (indios mansos)"
Albúmina sobre cartón ca. 1865. Autor no identificado. |
Este agrimensor y fotógrafo francés
que tenía su estudio en la calle 25 de Mayo 25, publicó
en la década de 1860 sus álbumes fotográficos
con numerosas escenas de la campaña tomadas durante
sus trabajos de mensuras en estancias de la provincia de Buenos
Aires.
El nombre de la casa “Manbach” no figura entre
aquellos estudios identificados hasta el momento, como tampoco
aparece como apellido de algún fotógrafo conocido.
Existieron muchos de ellos que hacían estadías
fugaces en las ciudades buscando las mejores oportunidades
y se instalaban finalmente donde lograban atraer una buena
clientela . Esta falta de precisión parece repetirse
con la imagen más conocida del grupo de la comunidad
de Los Toldos de la que el retrato a lápiz del cacique
podría ser un detalle. Tradicionalmente se había
atribuido a Panunzi esa albúmina de 1865 en la que
el cacique posaba con su familia. Esta, junto a dos fotografías
sin firma, apareció con la identificación “
Famiglia del cachique Coliqueo (indios mansos)” en un
álbum titulado Vedute di Buenos Aires según
las investigaciones de Príamo y Alexander. En la calle
Cuyo 55 de Buenos Aires Panunzi tuvo su estudio, Fotografía
Artística, pero recién hay constancia de su
establecimiento allí desde 1868. Como arquitecto, artista
plástico y maestro de dibujo, Panunzi revelaba su formación
también en los detalles; cada una de sus fotografías
salía a la venta presentada sobre cartón finamente
recuadrado, con firma a la derecha y muy bien tituladas. La
“Vedute...” es una publicación rústica
tanto en la calidad fotográfica como en la presentación.
La mala calidad de los cartones, los torpes subtitulados que
no coinciden con su caligrafía y la ausencia de viñetas,
confirmarían la no intervención de Panunzi.
Aunque las otras imágenes que integraban el álbum
pudieron identificarse como obras de Panunzi en otros portfolios,
de las tres mencionadas no hay datos.
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Hacia 1870
Panunzi había abandonado la fotografía y es muy
probable que haya vendido su negocio antes de esa fecha. |
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El comprador bien pudo haber utilizado los negativos
para vender copias sin firma de autor. Identificar al fotógrafo
de Casa Manbach, nos pondría en camino para hallar el
verdadero autor de la foto de la Familia Coliqueo. |
Ficha bibliográfica:
Abel Alexander y Luis Príamo Dos pioneros del documentalismo
fotográfico en : Buchbinder, Pablo, Alexander, Abel y
Príamo, Luis “ Buenos Aires, ciudad y campaña
1860-1870. Fotografías de Esteban Gonnet, Benito Panunzi
y otros Ediciones Fundación Antorchas. Buenos Aires.
2000 |
Las últimas imágenes de
la tribu
El tiempo cambió la intención con que se proyectó
la imagen de la tribu. Con los años, aquel “indio
amigo” que posaba con su familia en un ámbito doméstico
y “civilizado” fue cosa del pasado. |
Una toldería
urbana
En la sesión del 15 de julio de 1936 un legislador de
la Provincia de Buenos Aires expresó ante la Cámara
de Diputados : “ Visitar las tierras de Coliqueo es
entrar en un mundo distinto por el panorama que ofrece toda
la campiña de esa zona; ranchos destartalados, sin árboles
y cuanto más un matungo viejo atado al rayo del sol ....”
(Informe, 1940) |
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Pero no siempre la realidad había
sido tan oscura. Hubo un tiempo en que esos campos fueron el
símbolo de una experiencia prometedora. Desde 1861 la
tribu de Ignacio Coliqueo había comenzado a prestar servicios
en la frontera Oeste de Buenos Aires. |
La Comisión
toma contacto con la población |
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Fue en 1863 cuando Coliqueo
escribió al Presidente Mitre solicitando dos leguas cuadradas
-unas 5000 hectáreas- en un paraje que su hijo Justo
había descu-bierto mientras boleaba avestruces.
En ese lugar, conocido como la Tapera de Díaz , tenía
hacienda, cultivos y ya había realizado algunas construcciones.
El General Mitre hizo construir para el cacique un buen rancho
y un galpón para almacenamiento, hizo que se le entregaran
útiles de labranza y armas para prestar servicio, y además
sus lanceros comenzaron a recibir raciones.
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Plano del Campo |
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En 1866 y 1868 la Legislatura de la Provincia
concedió unas seis leguas cuadradas en el actual partido
de General Viamonte, estación Los Toldos del Ferrocarril
Oeste, al cacique Ignacio Coliqueo y su tribu, compuesta en
ese momento por casi dos mil personas. Las tierras le fueron
cedidas en propiedad comunal con la especificación que
no podían enajenarlas ni gravarlas hasta que transcurriesen
diez años de promulgada la ley de cesión. A la
vez, los hombres quedaban comprometidos a prestar servicio en
la defensa de la frontera en la primera línea de fortines
sobre el río Salado.
Por este acuerdo Coliqueo pasó a ser el cacique mejor
posicionado en las relaciones con los círculos de poder
civiles y militares. Tal vez pensando en todas esas conquistas
el cacique ranquel Ramón preguntó a Mansilla en
Carrilobo “
¿ Usted cree que no me gustaría vivir como Coliqueo? |
Alambrados,
marcas y señales
Al morir el cacique Ignacio en 1871, su hijo Justo se hizo cargo
de la conducción pero mantuvo una relación ambivalente
con las autoridades fronterizas.
En 1876 con su muerte prematura el cacicato quedó en
manos de su hermano Simón , a quien apodaban “El
huinca” por su claro espíritu de asimilación.
Hasta su muerte en 1902 no hubo grandes dificultades, pero su
sucesor fue designado por treinta y nueve descen-dientes directos
de Coliqueo quienes ante escribano público propusieron
a Antonino Coliqueo como “Director y Apoderado de la Tribu”.
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Justo Coliqueo |
Simón Coliqueo
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A medida que se iban
perdiendo las estructuras de relación tradicionales,
comenzaron los cuestionamientos al codominio de la tierra, una
figura que generó con el correr del tiempo un complejo
problema con derivaciones imprevistas. Los primeros conflictos
en el grupo originario produjeron la separación del cacique
Raninqueo y años más tarde Painequeo realizó
pedidos a la justicia en el mismo sentido. |
Agregados a la comunidad, unos cuantos renegados
y algunos miembros de otras tribus que se habían instalado
entre ellos por relaciones de parentesco o por opción,
introdujeron nuevos reclamos. |
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Las muertes
de los titulares originarios, unidas a acuerdos informales de
los arrendamientos negociados a veces por caña y por
vicios, produjo una significativa subdivisión del campo
. |
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Los desalojos y sus víctimas . Viviendas improvisadas
en los caminos |
Los gobiernos que desde principios de siglo se
fueron sucediendo en la administración del estado provincial
recibieron con insistencia reclamos sobre este “problema
de las tierras de Coliqueo”, como solía aludirse
por parte de representaciones aborígenes, particulares
damnificados y peticionantes individuales. Cesiones de los derechos
sobre las tierras a favor de terceros, pretensiones de pertenencia
a la tribu originaria por la multiplicación de familias
con vínculos de hecho, actos de toma de posesión
no controlados, sucesiones no registradas, adjudicaciones violatorias
y desalojos arbitrarios, fueron algunos de los efectos negativos
generados por las leyes previstas originariamente para restituir
tierras. |
Viaje
al pasado
En 1940 la provincia de Buenos Aires con la gobernación
Fresco, llevó adelante una investigación sobre
la cesión de campos en Los Toldos.
En primer término, debió determinar quiénes
eran los componentes de tribu al momento de la cesión
especificando la jerarquía social de cada uno de los
miembros, para pasar después a recibir las reclamaciones
que se formularan. |
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La Comisión frente a una vivienda |
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La Comisión investigadora entendió
en los antecedentes de posesión verificando actas y renuncias
de títulos, mediante declaraciones juradas de los habitantes
del campo, actas de tomas de posesión y designación
de los tenedores precarios .
Se efectuó un censo y un levantamiento “aerofotogramétrico”
para obtener planos actualizados del campo con la colaboración
de la Aviación Naval .
Estas acciones se unieron a la declaración de propósitos:
“Con derechos o sin derechos, las personas indias o de
ascendencia india, por mejor decir, que se encuentran dentro
del campo de las 16.400 hectáreas no pueden ser abandonadas
en una situación de inestabilidad jurídica y de
orfandad social” (Informe 1940:283)
Si bien desde comienzos de siglo los actos de gobierno iban
quitando el control de las tierras a la comunidad, ya que desde
1907 el Poder Ejecutivo de la Provincia tomó posesión,
nombró depositarios y ordenó diligencias (que
no se han interrumpido hasta la fecha) fue en 1936 cuando se
hizo una entrega ilegal de títulos, situación
que pretendió corregirse en 1938 con métodos dudosos,
aún cuando se tratase de una Comisión Investigadora
oficial. |
En busca del origen
La investigación histórica incluyó cuadros
genealógicos , libros parroquiales, listas de racionamiento
y de revista del Archivo del Ministerio de Guerra y de documentos
de los Archivos Histórico de la Provincia de Buenos Aires
y General de la Nación.
Aún con la vastísima documentación y el
informe del Dr. Ricardo Levene, director del Archivo Histórico
de la Provincia de Buenos Aires, se llegó a una primera
conclusión que hoy consideramos alejada de la realidad:
“ De todos modos puede establecerse, que la tribu de Coliqueo
perteneció a la gran familia de los ranqueles, y originariamente
a la que tenía por jefe al cacique Rondeau”
Es sabido que hacia 1833 algunos boroganos cruzaron la cordillera
, entre ellos el araucano Ignacio Coliqueo, quien se asentó
en la zona bonaerense junto al cacique Rondeau . Después
de la gran matanza llevada a cabo por Calfucurá en Masallé,
el sebreviviente Coliqueo se mantuvo entre los ranqueles, hasta
que con el coronel Baigorria decidieron trasladarse a Buenos
Aires para apoyar a Mitre cuando se preparaba la batalla de
Pavón. |
¡A 200
kilómetros de Buenos Aires!
Cuando en 1869 se procedió a realizar la mensura de los
campos cedidos, el informe elaborado por el agrimensor Octavio
Pico dejó sentado que aquella comunidad formaba una población
importante, numerosa y extendida. Se señalaba que el
campo estaba siendo bien utilizado para agricultura y ganade-ría,
que los ranchos parecían estar construidos de manera
sólida, que había con abundante plantación
de árboles y buenos potreros, y que la población
mostraba “espíritu de trabajo, de comercio y de
sociabilidad" |
Campos ubérrimos y habitación
miserables |
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Pero en 1940 las cosas habían
cambiado. ¿ El Informe de la Comisión Investigadora
estaba reflejando otra realidad o se trataba de una mirada diferente
sobre la misma realidad?: “El espectáculo es degradante.
Exterioriza no solamente la miseria inusitada, sino la ausencia
de los sentimientos elementales y primarios de la especie humana.
Todo se favorece en ambientes como éstos: el vicio, la
prostitución prematura, el incesto, la enfermedad y el
delito.”
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Elocuente testimonio de la desidia |
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Para llegar a estas conclusiones se habían
filmado 260 metros de película cinematográfica
y se había realizado un amplio registro fotográfico.
Ese material fotográfico incorporado al informe de la
Comisión, sin mención de autor, sirvió
para mostrar los restos materiales de una comunidad que había
sido modelo en su tiempo pero que - como mostraba los documentos
- se hallaba al borde de la disolución. |
Una
Familia en tres metros cuadrados |
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El informe señala
que en los caminos intransitables y laberínticos, no
había árboles plantados, no existían quintas,
huertas ni jardines. Los pobladores vivían en ranchos
de adobe sin blanquear, con pisos de tierra y techos derrumbados
sin reparar cuadro que facilitaba, a juicio de la comisión,
la promiscuidad y el delito. |
Se indicaba de manera probatoria que según
la información de la Policía, (no incorporada
al Informe) el 41% de los delitos cometidos en el Partido correspondían
al campo de la tribu y que los autores eran siempre miembros
de la tribu. |
Escudos y ranchos
Bajo el subtítulo “ La enseñanza se imparte
en ambientes inadecuados e impropios” las imágenes
de las escuelas, sin embargo, no resultan tan precarias como
todas las demás construcciones que se exhiben.
La insistencia en señalar que, aún cuando existieran
escuelas, el nivel de analfabetismo era muy elevado porque nadie
se preocupaba por aprender, es la trampa conceptual para no
decir que raramente los maestros designados tenían idea
de cómo comunicar y facilitar aprendizajes. |
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Escuelas de la Tribu. |
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“ Y en medio de ese cuadro sombrío,
lamentable, triste, Coliqueo y yo vimos a una maestra que llegaba
una hora tarde, luciendo sobre su frente un rulo en forma de
signo de interrogación y en los labios el rojo postizo
que se esforzaba en ser un corazón. " - escribió
Félix Cichero, al Director General de Escuelas en un
informe destinado a organizar un plan educacional para las colonias
aborígenes conocido y editado en 1940 en La Plata como
"La muerte del indio". |
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Así
observó que de marzo a mayo las escuelas estas despobladas
porque los niños acompañaban a sus padres a la
cosecha de maíz, también el mal tiempo era motivo
de ausentismo y de suspensión de clases porque los caminos
eran intransitables y no podía entrar el automóvil
de la maestra. |
Interior de la Escuela |
La solicitud de instalar la primera escuela había
sido una gestión del cacique Ignacio. Para concretarla
habían viajó hasta el campo el Secretario del
Consejo de Instrucción Pública don Pastor Obligado
acompañado por el coronel Alvaro Barros. Obligado quedó
impresionado por las buenas habitaciones, la manera de vestirse
Coliqueo de uniforme y los hombres de paisano y la actuación
de Antonino, hijo del cacique educado en Buenos Aires. En aquella
reunión la comunidad ya había aceptado la creación
de una escuela pero pidió que los libros de texto fuesen
en su lengua. |
El trabajo invisible
No es casual que el Informe no señale actividades económicas
concretas. El epígrafe repetido hasta el cansancio "Campos
ubérrimos y habitación miserable a 200 kilómetros
de Buenos Aires " no tiene correlato en las imágenes
de esos campos, ni se aportaron estudios sobre la capacidad
productiva de los suelos. |
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Una industria típica. Carnicería
de carne de potro |
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La notoria fragmentación de la propiedad,
condujo a los habitantes a una profunda pauperización.
A Cichero le había llamado la atención la ausencia
de comerciantes nativos. Pero a lo largo de las 949 páginas
del Informe de la Comisión se tiene la sensación
clara de que allí nadie hacía otra cosa que comer
asados de carne de potro, vegetar, delinquir y morir. Precisamente
se menciona como la única actividad comercial la venta
de carne de potro, con el juicio condenatorio: “El espectáculo
es deprimente y repugnante”
Se consigna que en esta actividad eran empleados niños
de entre 9 y 16 años que por su trabajo recibían
los desperdicios. Este era uno de los motivo por el que no asistían
a la escuela. Señalan como una situación que favorece
la enfermedad la ausencia de pan, que no formaba parte de la
dieta y que se consideraba un auténtico lujo para todo
poblador originario, incluido el gaucho. Esta falta de consumo
de cereales, leche y verduras frescas es la causa de desnutrición
e “insuficiencia física”. |
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Los habitantes del
campo de la Tribu concurren a la Comisión Investigadora |
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Las fotografían sin embargo,
muestran frente a un grupo de niños de muy buen semblante
el subtítulo estigmatizante: “El problema con los
menores. preocupación esencial de la Comisión
Investigadora”. Según las cifras de la Comisión
más del 57 % de las muertes ocurridas en el campo correspondían
a menores de 10 años (Datos 1936-8) |
Los
rostros de un pueblo
La primera fotografía que se incluye, muestra a los habitantes
del campo, encabezados por la maestra y algunas ancianas, concentradosen
una convocatoria de reunión de la Comisión Investigadora.
El informe ha centrado su atención en exhibir las condiciones
edilicias de los ranchos destruidos, pero no se muestran demasiadas
imágenes de los pobladores.
Se publican retratos de tres mujeres con la anotación:“
Tipos aborígenes auténticos y característicos”
sin embargo, es evidente que esos rostros no se corresponden
con el estereotipo de "lo aborigen" y no conforman
una tipología específica.
Sólo una de ellas tiene identificación; se trata
del María Pilar Coliqueo, hija del cacique Ignacio y
la cautiva Isabel Varela, (conocida también como Parrá)
su quinta mujer.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires entregó la
propiedad individual de las tierras hecho que determinó
un rápido proceso de venta y enajenación. Hoy
los descendientes ocupan sólo una cuarta parte de 16.
400 hectáreas recibidas en 1866.
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El problema de los
menores |
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Mujeres
de la tribu |
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María Pilar
Coliqueo |
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Fuente: “La tribu y las tierras de
Coliqueo” Informe de la Comisión Especial designada
por el Poder Ejecutivo” Provincia de Buenos Aires. Taller
de Impresiones Oficiales. La Plata. 1940 |
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