ROSTROS RANQUELINOS....¿ROSTROS
RANQUELINOS? EL DIBUJO HISTÓRICO EN PROBLEMAS
Con la colaboración del historiador
Carlos Mayol Laferrere
Decidida a recolectar la mayor cantidad-según mis
recursos- de imágenes grabadas o/y habladas de los
personajes que, -talvez desde 1730 pero con toda certidumbre
desde 1757- conocemos bajo el etnónimo de "rancacheles"
o"ranqueles" y otras variantes, le pedí
al historiador C. Mayol Laferrere su colaboración
para encontrar algunos dibujos que circulaban en las pasadas
Jornadas Ranquelinas sobre los últimos personajes
de la Confederación Ranquelina soberana.
De este pedido surgió la idea de una colaboración
mayor. El observador eximio y artista literario que fue
Mansilla, nos acompañará constantemente en
este capítulo.
La lectura de historiadores y cautivos, viajeros y militares
que han tratado con esos personajes dejando relatos y documentos
interesantes, completaron mi búsqueda.
El etnógrafo Melcíades Vignati nos ha dejado
unas interesantes críticas sobre algunos dibujos
de principios de siglo y algunas enciclopedias de arte americano
me han auxiliado en ubicar algunas biografías de
los retratistas de los que hablaré.
Así la cosa, comienzo a contarles lo que encontré:
Dibujos de Capdevila y retratos
hablados de algunos que conocieron a los caciques
Roberto Capdevila es un excepcional dibujante de
rostros. Vive en Venado Tuerto, Santa Fe, donde nació
en 1944. En 1970 ingresó a la Facultad de Bellas
Artes en Rosario la que abandonó al iniciarse en
política. Colabora en la revista local LOTE, un mensuario
de cultura, con dibujos de tapa e ilustraciones.
Carlos Mayol Laferrere me ha comunicado que los dibujos
originales de los ranqueles Baigorrita, Epumer y Mariano
Rosas y otros de la autoría de Capdevila, se encuentran
en una carpeta llamada "Estampas" del año
1987 en la que el Dr. Roberto Landaburu insertó textos
que no he leído. Según Landaburu, y transmitido
por Mayol, Capdevila basó sus dibujos en "relatos
escritos de autores varios"
Ni Mansilla, ni Zeballos, ni Avendaño necesitan presentación.
Pero, para aquellos que no los conocen, es mejor que los
conozcan por lo que escribieron.
Los dibujos de Capdevila de Mariano Rosas y de Epugmer fueron
extraídos de una serie "Los conquistadores del
desierto" por Mayol Laferrere publicada en el Diario
Puntal, de Río Cuarto, el mes de junio de 1988. El
dibujo de Baigorrita, también de Capdevila pero algo
retocado, lo extraje de la página web Especiales
de Historia Regional, Indios Ranqueles por Carlos.Mayol
Laferrere : www.ranqueles.com/historia_regional/indios_ranqueles.html
PANGUITRUZ GUOR (Zorro-cazador-de-leones)
conocido como MARIANO ROSAS
Dice de él
Mansilla -en el capítulo 33 de su libro Una Excursión
a los Indios Ranqueles- , quien lo visitó en
sus toldos en 1870:
"Pertenece a la categoría de los hombres
de talla mediana. Es delgado pero tiene unos miembros
de acero. Nadie bolea, ni piala, ni sujeta un potro
del cabestro como él.
Una negra cabellera larga y lacia, nevada ya, cae sobre
sus hombros y hermosea su frente despejada surcada de
arrugas horizontales. Unos grandes ojos rasgados, hundidos,
garzos y chispeantes, que miran con fijeza por entre
las largas y pobladas pestañas, revelando entonces
orgullo, energía y fiereza; |
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una nariz pequeña, deprimida en la punta de abiertas
ventanas, signo de desconfianza, de líneas regulares
y acentuadas; una boca de labios delgados que casi nunca
muestran los dientes, marca de astucia y crueldad; una barba
aguda, unos juanetes [pómulos] saltados, como si
la piel estuviera disecada, manifestación de valor
y unas cejas vellosas, arqueadas entre las cuales hay siempre
unas rayas perpendiculares, señal inequívoca
de irascibilidad, caracterizan su fisonomía bronceada
por naturaleza, requemada por las inclemencias del sol,
del aire frío, seco y penetrante del desierto pampeano.
Mariano Rosas se viste como un gaucho, paquete pero sin
lujo. A mi me recibió con camisa de Crimea, mordoré,
adornada de trencilla negra, pañuelo de seda al cuello,
chiripá de poncho inglés, calzoncillo con
fleco, bota de becerro, tirador con cuatro botones de plata
y sombrero de castor fino, con ancha cinta colorada".
El historiador Mayol Laferrere cita en su trabajo "Los
conquistadores del desierto", ( Diario Puntal, junio
1988) el que tuvo a bien darme a conocer, una nota del periódico
"América del Sur" de 26/8/1877 relativa
a la muerte de Mariano Rosas:
" Muerte de un cacique. Acaba de morir el poderoso
cacique de la tribu de los Ranqueles, de muerte natural,
Mariano Rosas. Era una autoridad en el desierto.
Por su influjo, su valor y, sobre todo, por su prudencia
ha sido posible mantener la paz con él y el General
Roca había logrado imponerle respeto e inspirado
confianza..."
EPUMER (Dos- zorros)
Mansilla, en Una excursión...
capitulo 26, dice:
"Epumer es el indio más temido entre
los ranqueles, por su valor, por su audacia, por su
demencia cuando está beodo.
Es un hombre como de cuarenta años, bajo, gordo,
bastante blanco y rosado, ñato, de labios gruesos
y pómulos protuberantes, lujoso en el vestir,
que parece tener sangre cristiana en las venas, que
ha muerto a varios indios con sus propias manos.,
entre ellos a un hermano por parte de madre; que es
generoso y desprendido, manso estando bueno de la
cabeza; que no estándolo le pega una puñalada
al más pintado.
Con ese nene tenía que vérmelas yo.
Llevaba un gran facón con vaina de plata cruzado
por delante, y me miraba por debajo de un ala de rico
sombrero de paja de Guayaquil, adornado con una ancha
cinta encarnada, pintada de flores blancas."
Sigue Mansilla - en el capítulo 57 - cuando
es recibido por Epumer en sus toldos:
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"Sea adulación, sea verdad, todos dicen que
no estando malo de la cabeza es muy bueno. No tiene más
que una mujer, cosa rara entre los indios, y la quiere mucho.
Vive bien y con lujo; todo el mundo llega a su casa y es
bien recibido.
A mi me esperaba hacía rato.
Epumer estaba sentado en un asiento alto de cueros de carnero
y mantas.
Enfrente había otro más elevado. Era el destinado
para mí.
La conversación rodó sobre las costumbres
de los indios, pidiéndome disculpas de no poder obsequiarme,
en razón de su pobreza, como yo lo merecía.
Un cristiano bien educado, modesto y obsequioso, no habría
hecho mejor el agasajo."
Del Archivo Franciscano de Río Cuarto, Carlos Mayol
Laferrere nos trae descripciones de Epumer extraídas
de una docena de cartas que Epumer intercambió con
fray Marcos Donati.
"En la primera expresa: `Reverendo padre...le mando
una onza de oro para que me haga la gracia de cambiármela
por plata boliviana. También le mando una chapa de
recado, para que me la haga hermanar. Me hará la
gracia de mandarme un martillo, un poco de atincar, crémor,
almidón y algunos otros remedios para la tos´".
"Al coronel [Mansilla] le había pedido un chaleco
de seda negra; al franciscano le solicita `un poncho de
paño fino, pero que sea fino; un sombrero de felpa
con barbijo´ y le encarga que le mande confeccionar
una `levita´ acotándole que cuando reciba su
sueldo, se descuente el valor de todo." ( En "Los
Conquistadores del Desierto", artículo sobre
Epumer, Diario Puntal, Río Cuarto,1988.)
EL CACIQUE MARI-CO (Diez-aguas?)
O MANUEL BAIGORRIA GUALA (ALIAS BAIGORRITA y BAIGORRIA-CHICO)
En el capítulo 45, Mansilla escribió
uno de sus más exquisitos párrafos al plasmar
en letras el porte del cacique Baigorria Guala, nieto de
Vuta Yanquetruz:
"Aproveché el tiempo para observar la fisonomía
de aquel picador de tabaco , imperturbable, especie de patriarca.
|
Manuel Baigorria, alias Bigorrita,
tiene treinta y dos años.
Baigorrita tiene la talla mediana, predominando en su
fisonomía el tipo español. Sus ojos son
negros, grandes, redondos y brillantes; su nariz respingada
y abierta, su boca regular; sus labios gruesos; su barba
corta y ancha.
Tiene una cabellera larga, negra y lacia y una frente
espaciosa, que no carece de nobleza. Su mirada es dulce,
bravía algunas veces. En este conjunto sobresalen
los instintos carnales y cierta inclinación a
las emociones fuertes, envuelto todo en las brumas de
una melancolía genial.
Con otro tipo, mi compadre sería un árabe. |
Es muy aficionado a las mujeres, jugador y pobre, tiene reputación
de valiente, de manso y prestigio militar entre sus indios."
NOTA: En alguna bibliografía se dice que hay un
dibujo de Baigorrita en el Museo Histórico Nacional
hecho por Ignacio Paez. No sólo no es un dibujo de
Baigorrita sino del coronel Baigorria, sino también
que es propiedad del Museo de Bellas Artes y su autor es
Ignacio Baz.
Un dibujo anónimo adoptado
por Carlos Mayol Laferrere
PAYNE GNERR ( Zorro Celeste?)
Sobre este dibujo de Payné publicado en la
serie " Los Conquistadores del Desierto" en el
Diario Puntal, de Río Cuarto de julio de 1988 por
Carlos Mayol Laferrere, este amigo me expresó: "
"es imaginado por mi, de un dibujo de autor anónimo"...
Payne fué padre de
Epugmer, de Panguitruz Guor (o Gnerr) y muchos más.
Es difícil encontrar descripciones de su rostro
y su personalidad. Zeballos dice en su Painé
y la dinastía de los Zorros:
"...un hombre alto, robusto, imponente, de cara
ancha, grande y aplastada como un sol de telón
de teatro, vestido...con gorro de manga negro, bordado
de relieve de oro, dio voces de mando con acentos
de gigante.....Mientras contemplaba un grupo de mujeres
y niños prisioneros [ entre los que estaba
Zeballos en 1840 aprox. según su relato] descubrió
mi persona y me dirigió sus ojos que herían
como rayos de irresistible luz.
Sufrí una impresión desvastadora, dominado
por la centellante mirada de aquella fiera. Era Paine".
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En el capítulo sobre la muerte de Painé Avendaño
( Memorias del ex cautivo Santiago Avendaño , por
M. Hux)dice:
"Paine-Gnerr era un indio generoso y amado".
NOTA: Sabemos que Zeballos
contaba con un manuscrito de unas 150 páginas, de
autor anónimo que cubría la historia de la
"nación Llaimache" ( la parcialidad de
Calfucurá llamada así porque el cacique había
nacido cerca del volcán Llaima, en Chile) entre 1833
y 1861. Aun ahora no se sabe a ciencia cierta quién
fue el autor aunque se opina que es Avendaño, cautivo
entre los ranqueles entre 1842 y 1849. Yo me atrevo a pensar
que por el estilo de la prosa y por el hecho que narra este
párrafo de Zeballos, no fue extraído de Avendaño.
Los dibujos de Bouchet
José Bouchet fue un pintor extranjero argentinizado
que murió en Buenos Aires en 1919. Dice La Enciclopedia
del Arte en América, edición de 1968, que
entre sus obras se halla " `Columna de Ranqueles´
mural que se encuentra en el Museo de La Plata ". Hablé
con la señora Sandra Miguel directora de la biblioteca
del museo quien, después de consultar los archivos,
me dijo que sólo había tres trabajos de Bouchet:
"Carabelas españolas", "Indiada tehuelche"
y "Parlamento indio". En otra conversación
me describió un mural que está en el hall
del museo el que tiene por nombre "Parlamento indio"
pero su subtítulo, en la misma placa, dice"Caravana
de los Ranqueles" lo que coincide con la descripción
que la señora directora tuvo a bien narrarme ya que
se trata de un grupo de indios que van montados, se insinúa
un cierto liderazgo del grupo y figuras en un cierto orden
siguiendo a la cabecera. Es decir que el mural responde
más al subtítulo que al título.
Andrés Bestard, muralista contemporáneo ubica
a Bouchet como muralista y pintor en la generación
del 80 "dedicada a desterrar la imagen colonial por
el neoclásico anglo-francés". Fue esta
generación la que se dedicó, entre otras cosas,
a formar una imagen europeizante del país en la cual
el indígena ya no era "el enemigo" pero,
tengo la opinión de que ese nuevo imaginario incluía
también un tipo especial de "indiferenciación"
que llamaré: "un indio, todos los indios".
En lo que sigue, el lector juzgará esta opinión.
En la III edición autorizada de " Una Excursión
a los Indios Ranqueles" de Masilla, "con ilustraciones
de Bouche (sic) Impresas en el Museo de La Plata ",
editor Juan A. Alsina, Buenos Aires, 1890, se intercalan
dos láminas muy sutilmente coloreadas cuya denominación
hay que buscarla en el índice final. Esos dibujos
son:
"Mariano Rosas" lámina
V, dibujado por Bouchet
Este trabajo, como el que sigue, ha sido descarnadamente
criticado por Melcíades Vignati, antropólogo
argentino, en dos de sus publicaciones: "Falacias iconográficas"
( Revista Relaciones ,1944, t.IV) y " Iconografía
Aborigen, Namuncurá-Pincen" ( en la publicación
de los trabajos del Congreso del Area Araucana ,1963, 2
vls.)
Vignati acompaña
la imagen de "Rosas" de Bouchet con una toma
ampliada del rostro de Currumanque o Curüñan,
uno de los hijos del cacique Calfucurá tomada,
a su vez, de la fotografía familiar de Namuncurá
de 1884 aproximadamente. Vignati dice "Según
puede verse, [el artista] sólo le ha cambiado
el saco de civil negro por una blusa adornada que nada
tiene de indígena". Yo le agregaría
que el sombrero sufrió algunos desarreglos como
para parecer más apaisanado. |
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Pero aquí no termina la "confusión".
En 1978, el historiador que me acompaña, Mayol Laferrere,
publicó en Todo es Historia , nº 130 el artículo
"Crónica Ranquelina de Mariano Rosas". Aunque
el historiador entregó sólo una foto- la de
un nieto de Mariano-, el texto viene acompañado de
varias fotos e imágenes.
Enfrentando
a la primera página del artículo de Mayol
L., y a página completa, está el dibujo
de "Mariano Rosas" de Bouchet. En una comunicación
personal, Mayol L. me expresó que él rechaza
con indignación esa intromisión.
¿Quién puso, entonces ese dibujo allí?
Es verdad que el actor anónimo, en una notita
con letra pequeña, en el ángulo izquierdo
superior dice: "Supuesto (énfasis nuestro)
retrato de Mariano Rosas en la 3ª edición
de "Una excursión....." lo cual le
quita algo de responsabilidad aunque sigue siendo una
intrusión y bastante desagradable para el autor
del artículo.
|
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Y más aun, esa notita continúa, sin ninguna
aclaración, con: "(`Iconografía de Rosas´
por Fermín Chávez, Buenos Aires, 1972)"
sin agregar nada más. Resulta que este valioso libro,
que consultamos, no sólo se refiere al General Juan
Manuel de Rosas -padrino impuesto a Panguitur Guor o Mariano
Rosas cuando estuvo cautivo del general por varios años-
sino que, como era de esperar al comenzar a hojear el libro,
no tiene ni un párrafo relacionado con el cacique.
¿Por qué se puso ese dato en la página
dedicada al dibujo? ¿Sabía el intruso que ese
libro no tenía nada que ver con el, para colmo, apócrifo
dibujo?
La seguridad de que el individuo
que en la foto familiar es Currumanque-Curá Vignati
la extrajo de una "copia acartonada con los nombres
de cada uno de esa familia" hecha por Lehmann-Nitsche
etnólogo de reconocida honestidad y conocimientos
para su época, principios del siglo XX (aunque
no necesariamente compartamos sus teorías). |
|
>
"Epumer" dibujado por Bouchet_ |
El otro dibujo de la 3ª edición es, según
dice el índice del libro, el de "Epumer"
hermano de Mariano y último cacique ranquelino
soberano.
Vignati también critica este retrato. Compara
el dibujo con el rostro aumentado de Namuncurá
procedente de la foto familiar ya citada y dice en
"Falacias...1944":
|
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"Epumer ha sido fabricado teniendo como base la fotografía
de Namuncurá sustituyendo el galoneado kepi por un
sombrero blando tipo chambergo y el chaquetón militar
por un poncho con motivos de cruces que, si no me engaño,
es el mismo que está actualmente expuesto en una
vidriera mural de la sala de Etnografía del Museo
[de La Plata ]".
¿Confusión? ¿Descuido? ¿Recurso
para hacer del libro una lectura más interesante?.
¿Quién es el culpable de estas falacias?
¡¡Para cuánto ha dado la foto de la familia
Namuncurá!!...
¿Ahora se da cuenta el lector por qué dije
que en nuestra historia.... "Un indio, todos los indios"?
Más dibujos de Bouchet
|
Creo que Bouchet fue un gran
dibujante. Por ello y para nuestro deleite quiero presentarles
otros tres dibujos de Bouchet del libro de Mansilla,
1890.
Lámina II. "El indio bombero". En
el capítulo 15, Mansilla dice:
"El indio sujetó su caballo, y con la
destreza de un acróbata se puso de pié
sobre él sirviéndole de apoyo la lanza....el
indio continuó inmóvil. Estaríamos
como a tiro de fusil de él, cuando cayendo
a plomo sobre el lomo de su caballo, partió
a toda rienda en mi dirección."
|
|
Lámina IV "Los
abrazos". En el capítulo35, dice:
" .Melideo...indio sólido como una piedra,
de regular estatura; pero panzudo, gordo, pesado...
Aquí fueron los apuros para cargarlo y suspenderlo.
Mis brazos lo cargaban apenas; hice un esfuerzo, el
amor propio de hombre forzudo estaba comprometido,
|
no alcanzarlo me parecía hasta desdoroso para los cristianos;
redoblé el esfuerzo y mi tentativa fue coronada por
el éxito más completo, como lo probaron los¡¡¡aaaaaaaaaaaa!!!
dados esta vez con más ganas y prolongados más
que los anteriores.
Aquello fue pasaje de comedia, casi reventé, casi se
me salieron los pulmones.....
Mientras pasaba yo revista de aquellos bárbaros, me
acordaba del dicho de Alcibíades: Adonde fueres, haz
lo que vieres, y rumiaba: ¡Te había de haber
traído a visitar los ranqueles!......Por algo me había
de hacer célebre yo, aunque las olas del tiempo se
tragan tantas reputaciones.....Yo estaba orgulloso, contento
de mí mismo, como si hubiera puesto una pica en Flandes."
|
LáminaVIII. "El parlamento".
En el capítulo 53, Mansilla dice:
"Mariano Rosas invitó a todo el mundo
a sentarse.
Nos sentamos, pues, sobre el pasto humedecido por
el rocío de la noche, sin que nadie tendiera
poncho ni carona, cruzando la pierna a la turca.
Mariano Rosas me cedió a su lenguaraz José;
colocóse éste entre él y yo,
y el parlamento empezó."
|
NOTA: Fíjese bien el lector que el dibujo responde
a las palabras de Mansilla. En la próxima sección
necesitaré de su memoria.
Los dibujos de Bernabó en
" Una excursión a los Indios Ranqueles, Gl.
Lucio Mansilla", Biblioteca Billiken, Colección
Azul.
Aunque no lo diga en ningún rincón
de la publicación, está catalogada como "
una versión para niños". Consiste en
un libro chico, de 159 páginas con texto de 10x15
cms., en cada hoja, en letra grande y unas cinco láminas
a color incluyendo la de la tapa. Obviamente no pretende
ser una copia de la edición completa del libro.
No he podido encontrar biografía alguna del artista
que ilustra esta edición del libro de Mansilla.
Todo el texto está encarado como una larga versión
de una parte de una biografía de L. Mansilla ya que
se ha cambiado la primera persona singular del texto original
por presentarlo en tercera persona. A parte del recorte
y del cambio de persona verbal, las partes elegidas conservan,
bastante bien, el sentido y hasta cierto punto la redacción
del texto original.
Los dibujos, pretendiendo ser una interpretación
de algunos párrafos del texto, sufren de una dislocación
ideológica de interpretación: contra todos
los detalles de los rostros y de la vestimenta de algunos
indígenas tal como los describe Mansilla, los indios
de Bernabó no tienen rostros diferenciados, siempre
lucen descalzos excepto uno de ellos que calza bota de potro,
sus cabelleras son muy prolijas, cortas y todas iguales,
en general están de torso desnudo y cuando están
parados siempre empuñan lanzas a pesar de que el
autor dice explícitamente que dentro de su territorio
los ranqueles no portaban lanzas.
Además, en todo el relato de Masilla de LVIII capítulos,
sólo hay tres o cuatro situaciones de intento de
agresión: una a lanza, otra a facón y otra
verbal. En Bernabó tres de los cinco dibujos están
expresando, directamente, esas tres situaciones.
El dibujo de
Bernabó que reproducimos está relacionado
con la Junta General de la Confederación Ranquelina
que tuvo lugar cuando Mansilla volvía a Levucó
con Baigorrita.
Es lo menos parecido posible a la imagen que nos da
el autor de la excursión.
Compare nuestro visitante este dibujo de Bernabó
con "el parlamento" de Bouchet ( para esto
le pedía memoria en la sección anterior)
y el texto de Mansilla. Observará que el orden
de la indiada que describe Mansilla, está ausente.
El coronel es el único que está sentado
y flanqueado por lo que creo que serían un intérprete
y un guardia; dos columnas humanas. Además está
sentado sobre algo que parece ser una carona o algo
así.. En resumen un "sitial" muy inteligentemente
construido con cuerpos, uniformes y perspectiva.
|
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Todos los indios "des-visten" iguales incluido el
que está irritado pronunciando una frase que Mansilla
pone en boca de Mariano durante del parlamento. Así
que ese es Mariano Rosas que sólo se distingue de los
otros por una pluma en la vincha que sabemos que no se usaba
entre los ranqueles.
Parece que entre los indios no hay ni la más mínima
diferenciación a pesar de todas las descripciones que
Mansilla anuncia meticulosamente a lo largo y ancho de todo
el libro.
Esta escena
sigue los patrones interpretativos de Bernabó
excepto en las vestimentas de los indígenas que
ahora le sirven a él para dar énfasis
al acto de violencia. A su vez los movimientos de la
ropa suelta de los indios contrastan con el pulido,
ajustado, rígido uniforme del ofendido.
Y más aun: observe el lector el alineamiento
que une el facón con la punta incompleta del
techo del rancho la que llega justo hasta el pecho del
coronel. En resumen una magnífica estrategia
visual para intensificar el mensaje de violencia.
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Para no irnos con una puñalada en el pecho les presento
la lámina de la tapa del libro.
¿Quien está
saludándose con Mansilla? No se aclara aunque
si buscamos en la lámina del parlamento donde
"una de las columnas" es alguien vestido en
la misma forma parece ser su lenguaraz ¿Mora,
tal vez?
Son rostros amables, el único enojado es el perro.
Es evidente que el mensaje gráfico de Bernabó
sobre los indios -cada uno a página completa-
dice: indiferenciación, agresión e irritación.
¿Será Bernabó un digno representante
del imaginario de los años treinta del siglo
XX de nuestro país?
Parecería que casi a mediados del siglo XX, los
aborígenes ya no son ni siquiera los héroes
vencidos- aunque trastocados- de la generación
del 80. |
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Palabras finales
Espero que nuestros visitantes hayan visto en esta
presentación tanto las obras de arte que yo vi como
las obras de manipulación periodística que,
tal vez con buena voluntad, guían al lector a conocimientos
definitivamente erróneos. Todas y cada una son dependientes
y a su vez contribuyen a formar imaginarios que al parecer
están muy relacionados con las épocas históricas
por las que ha pasado nuestro país
Agradecimientos
A varias personas les debo algo en la confección
de este capítulo. Quisiera nombrarlas a todas pero
seguro que me olvido de alguien. De todas maneras mi agradecimiento
está. Recuerdo el amable servicio de Documentación
del Museo de Bellas Artes; a la señora Sandra Miguel,
directora de la biblioteca del Museo de La Plata ; a los
solícitos empleados de la biblioteca del Museo Etnográfico
de la FFYL- UBA ; a la referencista Rosa Bloto del Museo
Histórico Nacional; a la fotógrafa Graciela
García Romero frustrada porque no pudo hacer su trabajo
con las láminas coloreadas de Bouchet porque el libro
se extravió mientras yo lo estaba trabajando y la
profesora Norma Sosa con quien, entre e-mail y e-mail, fui
argumentando sobre mi trabajo.
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